Estos procesos se llevan a cabo bajo condiciones controladas en fábricas cerradas, lo que permite un control preciso de las tolerancias, minimiza los residuos y produce un hormigón más denso, más fuerte y de mejor calidad.
Creación del molde
Se crea un molde de la estructura deseada. Este molde se diseña para que sea fácil de llenar con hormigón y para que pueda ser desmontado una vez que el hormigón se haya endurecido.
Colocación de la armadura
Dentro del molde se coloca una armadura de acero. Proporciona resistencia adicional al hormigón y ayuda a prevenir la fisuración.
Curado del hormigón
Una vez que el hormigón se ha vertido, se deja curar. Durante este proceso, el hormigón se endurece y se une al acero para formar una unidad sólida.